Otro rutinario paseo.
Yo y mi soledad.
Observo furtivamente
como la muchedumbre
camina,
arrastrando su patética vida
de lado a lado en la avenida.
Masticando el polvo de rutina
que nunca se gasta.
Y nadie deja su estela,
solo el hedor a sueños de etiqueta.
¿Qué habrá sido de aquellos leones?
¿Ya no rugen?
No chico,
hoy no es un buen día
para volver a reconciliarte con el mundo.
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