El otoño viste de luto
y el verano decae
arrastrando sentimientos
que restarán sepultados
hasta otro despertar caluroso.
Editoriales reaparecen
con soporíferos fascículos
y alcohol y mujeres
vuelven a su cauce,
cabalmente tranquilo.
Las conciencias
empiezan su triste despertar
para volver a nuestro
largo letargo
en el que sólo somos
una ficha más.
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